Todos
sabemos lo que son las quillas y todos sabemos que son muy importantes para que
nuestras tablas vayan bien, pero ¿realmente sabemos cómo funcionan?
Son muchos
los factores que intervienen en su funcionamiento, vamos a ir viéndolos de uno
en uno, a ver si conseguimos arrojar un poco de luz sobre este gran misterio
que es capaz de obrar la magia de hacer que mantengamos el control de nuestras
tablas, mientras surfeamos una ola.
El ángulo
que forman las quillas respecto del alma de la tabla (stringer), incide
directamente en el control que el rider tiene a la hora de abordar un giro. Un
ángulo cerrado, con la línea del cajetín apuntando al nose, hace que el agua
ejerza más presión sobre el exterior de la quilla, con lo que conseguiremos una
respuesta más rápida.
También es importante el ángulo de
caída de la quilla respecto del bottom de la tabla. Cuanto más nos acerquemos a
la perpendicularidad, más rápida será la tabla, sobre todo en línea recta.
Cuanta más caída de las quillas hacia los cantos (rails), más sensibilidad de
la tabla en los giros.
El foil, es el perfil hidrodinámico
de la quilla, cuando la vemos desde arriba, más finas en los bordes y más
gruesas en el centro. Este perfil, incide en gran medida, en como fluye el agua
por debajo de nuestra tabla. Las quillas centrales son simétricas, mientras que
las quillas laterales, suelen ser lisas (o ligeramente cóncavas) por el lado
interior.
El rake, mide la caída de la quilla
hacia el tail de la tabla. Es el ángulo que se forma entre el plano de la tabla
y la línea que une el centro de la base con la punta de la quilla. Cuanto más
pequeño es este ángulo, más hacia atrás llegará la punta de la quilla. Esto nos
proporcionará más impulso y una mayor estabilidad en línea recta y giros
amplios. Al contrario, una quilla con un ángulo de rake más grande, donde la
punta se desplace menos respecto de la base, nos facilitará los giros más
cerrados en detrimento de la estabilidad.
Cuanto más rígida sea una quilla,
más rápidamente reaccionará a la hora de iniciar el giro, e
incluso durante el giro, podrá seguir respondiendo. La desventaja, es que hace
que la tabla sea más nerviosa y no perdonará los fallos.
Al flexar, la energía
necesaria para doblar la quilla, se almacena. Una vez terminado el giro, esa
energía es devuelta, cuando la quilla recupera su forma original, lo que
produce un “empujón” en la tabla.Cuanto más flex tenga una quilla, más tardará
en devolver la energía al final del giro, lo que la hará más lenta de
reacciones.
Una buena configuración es, rígida
en la base y flexible en la punta.
El ancho de la base, afecta a la
“aceleración” de la tabla y a la capacidad de giro de la misma. Cuanto más
ancha sea la base, dispondremos de más superficie para empujar contra el agua,
lo que aumentará la ”aceleración” en giros fuertes. Una base más estrecha, nos
permitirá hacer giros cerrados, con mayor facilidad.
El largo de la quilla, es el último parámetro que vamos a
analizar en este artículo. Cuanto más larga sea la quilla, mayor agarre a la
pared durante el giro y más estabilidad en general. Unas quillas cortas, tienen
un menor agarre, lo que permite que la tabla se deslice hacia afuera en los
giros. Debemos escoger el tamaño adecuado a nuestro peso y a nuestro estilo de
surf, ya que hay riders que disfrutan de la sensación de derrapaje que ofrecen
unas quillas más pequeñas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario