lunes, 21 de noviembre de 2016

Quillas, esos cachos de resina y fibra que tenemos debajo de nuestras tablas.

Todos sabemos lo que son las quillas y todos sabemos que son muy importantes para que nuestras tablas vayan bien, pero ¿realmente sabemos cómo funcionan?


Son muchos los factores que intervienen en su funcionamiento, vamos a ir viéndolos de uno en uno, a ver si conseguimos arrojar un poco de luz sobre este gran misterio que es capaz de obrar la magia de hacer que mantengamos el control de nuestras tablas, mientras surfeamos una ola.


El ángulo que forman las quillas respecto del alma de la tabla (stringer), incide directamente en el control que el rider tiene a la hora de abordar un giro. Un ángulo cerrado, con la línea del cajetín apuntando al nose, hace que el agua ejerza más presión sobre el exterior de la quilla, con lo que conseguiremos una respuesta más rápida.


También es importante el ángulo de caída de la quilla respecto del bottom de la tabla. Cuanto más nos acerquemos a la perpendicularidad, más rápida será la tabla, sobre todo en línea recta. Cuanta más caída de las quillas hacia los cantos (rails), más sensibilidad de la tabla en los giros.


El foil, es el perfil hidrodinámico de la quilla, cuando la vemos desde arriba, más finas en los bordes y más gruesas en el centro. Este perfil, incide en gran medida, en como fluye el agua por debajo de nuestra tabla. Las quillas centrales son simétricas, mientras que las quillas laterales, suelen ser lisas (o ligeramente cóncavas) por el lado interior.





El rake, mide la caída de la quilla hacia el tail de la tabla. Es el ángulo que se forma entre el plano de la tabla y la línea que une el centro de la base con la punta de la quilla. Cuanto más pequeño es este ángulo, más hacia atrás llegará la punta de la quilla. Esto nos proporcionará más impulso y una mayor estabilidad en línea recta y giros amplios. Al contrario, una quilla con un ángulo de rake más grande, donde la punta se desplace menos respecto de la base, nos facilitará los giros más cerrados en detrimento de la estabilidad.


Durante un giro, las quillas están sometidas a una carga lateral que las flexiona. Cuando se diseña una quilla, esta torsión es tenida en cuenta, porque afectará drasticamente al comportamiento de la tabla.
Cuanto más rígida sea una quilla, más rápidamente reaccionará a la hora de iniciar el giro, e incluso durante el giro, podrá seguir respondiendo. La desventaja, es que hace que la tabla sea más nerviosa y no perdonará los fallos.
Al flexar, la energía necesaria para doblar la quilla, se almacena. Una vez terminado el giro, esa energía es devuelta, cuando la quilla recupera su forma original, lo que produce un “empujón” en la tabla.Cuanto más flex tenga una quilla, más tardará en devolver la energía al final del giro, lo que la hará más lenta de reacciones.
Una buena configuración es, rígida en la base y flexible en la punta.

El ancho de la base, afecta a la “aceleración” de la tabla y a la capacidad de giro de la misma. Cuanto más ancha sea la base, dispondremos de más superficie para empujar contra el agua, lo que aumentará la ”aceleración” en giros fuertes. Una base más estrecha, nos permitirá hacer giros cerrados, con mayor facilidad.

El largo de la quilla, es el último parámetro que vamos a analizar en este artículo. Cuanto más larga sea la quilla, mayor agarre a la pared durante el giro y más estabilidad en general. Unas quillas cortas, tienen un menor agarre, lo que permite que la tabla se deslice hacia afuera en los giros. Debemos escoger el tamaño adecuado a nuestro peso y a nuestro estilo de surf, ya que hay riders que disfrutan de la sensación de derrapaje que ofrecen unas quillas más pequeñas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario